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lunes, 30 de marzo de 2020

Perdón, redención, empatía y resiliencia

El perdón es la acción mediante la cual una persona disculpa a otra por una ofensa o daño. Con ello se debe renunciar a la venganza o reclamar un justo castigo o restitución, y se opta por no tener en cuenta la ofensa en el futuro, así las relaciones entre ofensor y ofendido no quedan afectadas.

El perdón está presente en todas las religiones, no obstante, cada vez es más frecuente su inclusión en el debate público fuera del ámbito religioso y el interés sobre el tema ha venido incrementándose entre filósofos, sociólogos y psicólogos, debido a su importancia para el logro de una verdadera paz, una justicia perdurable y una sana coexistencia.

En gran parte, este interés por el perdón surge de los conflictos generados por los obstáculos del sistema judicial tradicional para ahondar en la verdad e ir más allá de la imposición del castigo y el cumplimiento de la ley. La justicia en general –y en particular, la justicia penal ordinaria– no garantizan el paso por procesos sanadores que faciliten el perdón, posibilitando una verdadera resolución del conflicto. Es así como en la búsqueda de resolver estas carencias se ha evolucionado hacia la llamada justicia restaurativa, definida por las Naciones Unidas como una "respuesta evolucionada al crimen, que respeta la dignidad y equidad de las personas, construye comprensión y promueve armonía social, a través de la sanación de víctimas, infractores y comunidad".

En estos contextos, el estudio del perdón considera a la víctima, al victimario y a la sociedad, profundizando en elementos como la justificación, sus efectos y consecuencias; espontáneo o solicitado, personal o institucional. Pero entre la multiplicidad de opiniones acerca del tema, lo que es prácticamente unánime es que el perdón debe nacer totalmente del deseo del ofendido, no existiendo obligatoriedad alguna de otorgarlo.