¿A quién no le gustaría ganarse la vida haciendo lo que mejor sabe hacer o lo que más le gusta? Y si agregamos ser su propio jefe o tener uno inteligente, sereno y amigable, un magnífico equipo de trabajo y un salario tan generoso que dé para abonar la cuenta de ahorro, pues entonces ideal…
Pero como no hay perfección posible sin tedio ni aburrimiento, la vida suele ponernos a prueba para enseñarnos a manejar situaciones comunes como, por ejemplo, un empleo insoportable, estresante y tan aburrido que nos hace perder el entusiasmo por salir cada mañana a comernos el mundo.
Cuando el desánimo gestiona nuestra cotidiana vida laboral, hay que estar pendiente de ciertas emociones que no solo tardan en asomar, sino que además se encargan de bloquear las posibles soluciones.
La ansiedad, por ejemplo, surge frente a lo que suponemos una amenaza. Tensa los músculos, promueve la producción de hormonas del estrés y aumenta la frecuencia cardíaca.
La ira, por otra parte, también responde a la percepción de una amenaza. Pero a diferencia de la ansiedad, la ira no es bien vista en una oficina, y además predispone a tener un infarto de corazón.
La tristeza aparece cuando afrontamos una pérdida. Suele hacernos más reflexivos, pero también menos activos. Por eso, quien vive triste en la oficina está abonando nuevas pérdidas que, probablemente, lo lleven a padecer un trastorno depresivo.
En fin, si no hay manera de renunciar a ese trabajo insoportable, pues busca la manera de adaptarte a las circunstancias aplicando algunas técnicas tanto dentro como fuera del ambiente laboral. Veamos:
DENTRO DEL ENTORNO LABORAL
- Practica el roce socialNo debes replegarte dentro de ti mismo como si no existiera el entorno laboral. Aunque no compartas intereses especiales con tus compañeros de trabajo, acércate a ellos en los ratos libres y trata de descubrir alguna coincidencia. Verás que esta práctica te aliviará el malestar emocional.
- Sé amable y agradecido
Estudios científicos dicen que las personas amables y agradecidas son más felices que las demás. Si te sientes incapaz de practicar estos valores durante toda la jornada laboral, planifica gestos amables y agradecidos para aplicarlos una vez a la semana. Ya extenderás los plazos cuando compruebes los beneficios sobre tu bienestar.
- Divide la meta en objetivos
Es natural sentirnos abrumados cuando tenemos la responsabilidad de abordar un proyecto demasiado ambicioso. Si se trata de eso, descompón la meta en objetivos hasta que el proceso sea abordable.
- Gestiona el tiempo
Quizás te agobia la cantidad de trabajo pendiente, el tiempo no te rinde y no te sientes productivo. Entonces, clasifica las tareas para saber qué es importante, qué es importante y urgente, y qué es importante pero no tan urgente. Así sabrás qué hacer primero y qué puedes dejar para otro momento.
- Breves descansos de 10 minutos
Dicen los entendidos que la atención sostenida en una tarea solo dura alrededor de ½ hora. Entonces, por sus beneficios psicológicos, vale la pena tomarse breves descansos durante la jornada laboral para estirar las piernas, descansar la vista o tomar aire fresco.
FUERA DEL ENTORNO LABORAL
- Actividad físicaHacer ejercicio es bueno para la salud física y emocional porque te mantiene en forma mientras favorece el buen humor. Estudios científicos han demostrado que ejercitarse regularmente es tan eficaz que tomar pastillas antidepresivas, y que además previene las recaídas.
- Meditación o ´mindfulness´
10 minutos diarios de meditación fortalecen las conexiones cerebrales que reducen ansiedad y depresión, y elevan la sensación de bienestar. Se ha demostrado que es muy eficaz en el tratamiento de diversas patologías porque ayuda a regular las emociones y previene el síndrome de burn out, un estrés devastador física y emocionalmente que se genera en el ambiente laboral.
- Reserva la hora de preocuparte
Llevarse el trabajo a casa es común entre quienes no dan por culminada la jornada laboral en el tiempo justo. A veces no es trabajo físico sino mental. El trabajo tortura mientras te bañas, comes, ves televisión, etc. Pues dedícale 15 minutos a pensar, grabar o escribir los pendientes laborales, preocúpate adrede, y notarás cómo pierden fuerzas esos pensamientos que te generan ansiedad.
- Aprende a pensar en positivo
Se puede aprender a pensar en positivo porque el pensamiento es una interpretación de tu realidad, de tus creencias. De eso depende tu visión y percepción del entorno. Por eso es bueno que aprendas a identificar bajo qué circunstancias tus emociones negativas son más intensas. Entonces, habrás dado el primer paso para conocerte mejor, cuestionar la utilidad del pensamiento que te tortura y cambiar en positivo.
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| Es posible ser feliz en el trabajo. |
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Artículo escrito por Adriana Boccalon, publicado en Dominical.
